Hoy, en
nuestro primer domingo en Inglaterra, salimos a las 9:00 hrs, hacia Brighton
después de desayunar, como siempre a las 8:00. El viaje hacia la zona costera,
es de aprox. 1:30 minutos, y el día está muy agradable, despejado y caluroso.
Comenzamos
caminando por la ciudad hasta llegar al Brighton Pavilion, la “casa de veraneo
de la realeza británica”, construida por el príncipe Jorge, que la diseñó con
un estilo asiático, fundamentalmente chino en el interior e indio en el
exterior. En esa época (siglo XVII-XVIII), se imitaban las construcciones de
Asia, ya que demostraban prestigio, aunque la mayoría de los arquitectos y
constructores nunca estuvieron ni en China, ni en India, solo se basaban en los
relatos de los navegantes y exploradores europeos. Pero la reina Victoria, no
siguió utilizando esta casa, debido a su tamaño (pequeño), y a que no tenía
vista al mar.
Después
del almuerzo en el parque, seguimos nuestro recorrido por la ciudad, y tuvimos
un free time, para realizar las compras pertinentes. Brighton es una ciudad
bastante bonita, y tiene calles en subida, que nos hizo recordar a Valparaíso.
Terminadas las compras, nos dirigimos hacia la playa, y lo primero que nos
llama la atención, es la cantidad de motociclistas y variedad de modelos de
motos. Al comienzo pensamos que este día se realizaría un evento especial, pero
al preguntar nos responden que esto es normal, y que siempre se junta esta
cantidad, o más, de motociclistas en la ciudad. Bajamos a la playa, y primera
sorpresa en que no hay arena, sino que piedras, y algunas bastante grandes. Y
el tiempo comienza a
cambiar, llegan las nubes y el viento, por lo que decidimos retirarnos e irnos
al Brighton Pier, que básicamente es algo así como “fantasilandia”, obviamente
la emoción y participación en los diferentes juegos fue masiva. Pero había que
volver a nuestro hogar Ingles, y a las 16:00, emprendemos la vuelta para cenar.
A las
19:30 hrs, después de cenar, comienza una actividad, muy entretenida, llamada Bonfire, que es una fogata en
el bosque. Pero antes de ir al bosque, los niños se separan en grupos y cada
uno debe inventar, para después contar, una historia de terror. Una vez en la
fogata en el bosque, que se llega con linternas, (para hacerlo más terrorífico),
se realizan juegos y cantos, y se comen Marshmallows, para después contar las
historias de terror. Terminan, especialmente las niñitas muy asustadas, para
luego volver a las habitaciones, y dormir,….si se puede!!!!